Este libro me lo regalaron pos-Reyes y la verdad es que sentí tanta emoción como miedo, dije para mi "¡Qué guay! Un libro" y también me dije "¡Ostras un libro! A ver que me encuentro". Y lo deje ahí, en mi montaña de pendientes, porque sí, tengo una montaña de pendientes.
Y le llegó su momento, sin buscarlo, llegó, estaba de vacaciones por Cantabria cuando en la lejanía se podía vislumbrar una casa, que bien podría ser la casa de la familia Adams, no tenía posibilidades de ir hasta allí para disfrutar de como era, pero con las maravillas de la ciencia, busque en mi ubicación en el móvil y mapa arriba, mapa abajo, pude encontrar la casa y era la Villa Adela, un edificio precioso que me trajo a la memoria el "El hotel Ferguson" de Liss Evermore
Así que terminé lo que estaba leyendo y decidí darle su oportunidad, lo empecé con un poquito de miedo a lo desconocido, y la verdad es que me ha encantado, me ha enganchado desde el principio, no he tenido que hacer ningún esfuerzo para leerlo, se lee muy bien, esta bien estructurado, los personaje tienen lógica y te acabas encariñando con ellos, el único pero que le pongo a la novela es el final, no ha sabido rematar la historia, creo que el autor estaba disfrutando tanto que no ha sabido como ponerle fin, y cuando ha visto que tenía que hacerlo, ha sido un final rápido y flojo, pero en general la recomiendo.
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